domingo, 6 de octubre de 2019

Cincuenta años del ‘pequeño gran rockero’, Fito Cabrales


fitoFito Cabrales cumple hoy 50 años. Medio siglo para el pequeño gran rockero de nuestra escena. Aunque buena parte del público que lo veneraba se hace cruces y maldice el sino por cómo ha evolucionado su obra creativa en la última década, nadie le discute su importante influencia y su notoriedad a lo largo de toda su carrera. Platero sigue generando reverencias con solo nombrarlo. Ahí quedó la composición poetizada del Extrechinato y Tú, en la que fue parte fundamental. Y acumula en su carrera con Fitipaldis una notable colección de discos. El rocanrol suele vivir en una urgencia en la que envejecer está mal visto y, si lo consigues, lo está que lo hagas madurando. O adaptando tu música a tus nuevas necesidades o apetencias. Fito ha sido víctima de todo ello, como también le ha tocado a Rulo, y le tocará a las futuras estrellas del mañana. Valgan estas líneas de felicitación.

Los rockeros norteños se dan golpes en el pecho por haber visto los inicios salvajes de Platero y Tú. Cuatro bestias escénicas con Uoho, Juantxu y Jesús. Si el crecimiento de Barricada fue el inicio del fin del rock radical vasco como género popular en la zona, el advenimiento posterior de Platero y Tú fueron los clavos del ataúd. Burrock’n Roll, su primer maqueta, sonaba como pasar una cinta de Status Quo o AC/DC por el suelo de un antro (alguno concreto de La Palanca, por ejemplo) y después darle al play. ‘Un ABC Sin Letras’ y‘Ya No Existe La Vida’ son los dos temas firmados a solas por Fito en aquella decena. Las cosas claras desde el primer momento. Voy A Acabar Borracho mejoró el sonido y sirvió para dar el salto al circuito de todo el país. La mecha había prendido y ya no la pararía nadie.

Así llegan tres años de un impulso creativo feroz y voraz. De 1992 a 1994 despachan Muy deficiente, Vamos Tirando y Hay poco rock & roll. Todos ellos antes de que Extremoduro levantara bajo la espalda de su Agila a todo el rock agreste. La gira conjunta es uno de los cénit del género, como lo sería años más tarde la de Rosendo y Barricada (con Aurora Beltrán como regalo extra). La diferencia de una con otra es que Extremoduro y Platero y Tú estaban en plena trayectoria ascendente, en un boom explosivo e incendiario, mientras que la segunda era un capricho de veteranía.

Así, en 1997 y un poco a contrapelo, 7 cogió a los seguidores a contrapié. Algo se dejaba sentir en aquel disco que presagiaba todo (todo) lo que vendría después. Encontramos a un Robe que deja la rugosidad para mostrarse emotivo (‘Si Miro A Las Nubes’), tenemos a un Iñaki que mete ritmos no convencionales en el mismo tema, y un Fito que descubre otras formas de escribir, efectivas y alejadas del ‘vive rápido’. Una falla que se haría más grande en el A Puerta Cerrada, debut a solas, y que alcanzaría su punto de inflexión en Extrechinato, donde la poesía da pie a Fito a sacar su lado más emotivo. En melodías y textos.  Así, el Correos fue el canto de cisne. La muerte de Platero estaba firmada.

Tras el bullicioso estreno en solitario, Fito se vuelca en el blues en Los Sueños Locos, quizá su disco más maltratado y, por otra parte, el que tiene mayor dosis de valentía. Lo Más Lejos A Tu Lado terminaría de llevarle al mainstream con una fórmula explosiva: riffs contagiosos, fraseos bien hilvanados, estribillos aprehensibles y un saxo que sacude la herencia memorial de Dire Straits con el calor dichos sonidos. Por La Boca Vive El Pezmantuvo el tono y alargó el estado de gracia un poco más… aunque esa continuidad era síntoma de ‘enfermedad’.

He sido muy crítico con Fito en unos años concretos de su carrera. Concretamente los que van de 2007 a 2013. La gira de Por La Boca Vive el Pez fue demasiado larga y se estiró un poco más con las fechas con Calamaro, aunque ahí había motivo, por la exclusividad y oportunidad de la misma. La curva siguió una trayectoria descendente con Antes De Que Cuente Diez y los dos años posteriores. No hay nada de malo en ser previsible (es una opción creativa como otra cualquiera) pero la línea que lo separa del sopor es extremadamente delgada. Entiendo que la carrera de un artista a unos niveles tan altos de popularidad no puede mantener siempre el nivel y que la creatividad tiene altibajos.

Así, Huyendo Conmigo de Mí me hizo recuperar la fe en él, en parte por la sacudida a la memoria que supuso el directo del Teatro Arriaga. No es que fuera una revolución de sonido pero sí que las canciones recuperaron alma. No pude verlo en la gira, pero hay quien dice que eso aún no ha pasado en los directos, que siguen siendo demasiado lineales y ‘medidos’.

Así llegamos al día de hoy, en el que nos vemos celebrando su 50 cumpleaños. Una década que debe determinar hacia dónde va el camino. Si Fito decía que no se veía con 40 años cantando ‘Rompe Los Cristales’,qué quieren que les diga, tampoco me parecería lógico que con 60 cante aquello de ‘soldadito marinero’.

Creo, desde mi doble condición de seguidor y crítico, que a Fito le hace falta una nueva sacudida, una vuelta de tuerca. Me resisto a creer que esto es todo, saxo y blues. Es cierto que a Sabina le ayudó la gravedad de su voz para ganar solemnidad, que El Drogas tiene todo para ser nuestro Tom Waits…  Su tono agudo y sus hechuras enjutas parecen encorsetarlo, pero mantengo la fe. Me decía Robe en la entrevista que tuvimos se veía en los escenarios con 70 años, pero solo si tenía cosas nuevas que cantar. Al menos está la intención, solo falta que Fito también quiera llegar. Y esa es mi principal duda, no su capacidad.

Rocksesion.com

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